Original publicado en KZ#30: Online en calameo

En 2010 el cineasta americano Darren Aronofsky sorprendió a propios y extraños con “Black Swan”, una obra que exploraba el descenso a la locura de una ballerina desde una perspectiva personal y psicológica. Doce años antes Satoshi Kon, otro afanado director amante de los recovecos de la mente humana, había emprendido un viaje similar para retratar la paranoia que sufre una pop idol. Mima Kirigoe, cantante japonesa, decide retirarse de su mundo de música y espectáculos de luz para entrar por la puerta grande en el cine. Sus fans reaccionan muy mal al saber que la idol decide abandonar el mundo que la ha consolidado, pero todo cambia cuando Mima descubre un blog firmado por la llamada Mi-manía, una persona que parece saber mucho sobre ella y describe como si fuera un diario online cada una de las cosas que ha dicho y pensado…




Perfect Blue es una película llena de detalles y difícil de comprender a la primera visión. Satoshi Kon traza un paisaje misterioso donde la vida personal de Mima, su traspaso al mundo de la gran pantalla y el misterio sobre la identidad de Mi-manía se mezclan, capa sobre capa, haciendo dudar constantemente sobre qué es real y qué no lo es. Perfect Blue es una película profundamente basada en la psicología humana y en conceptos como la autosugestión y la doble personalidad, jugando constantemente con las perspectivas de la protagonista y del espectador para crear un paisaje apenas visible, tan real y tan falso como el propio mundo al que ella misma pertenece. Esta es una de esas operas primas que marcan al autor y que muestran que estamos ante un artista conocedor de su mundo interior y de sus referencias, y que como Pi en Aronofsky, Following en Nolan o Reservoir Dogs en Tarantino, define desde el principio el camino que va a trazar el director durante el resto de su carrera.

Perfect Blue evoca la sensación de vivir un sueño del que nunca se despierta y donde la realidad es una entelequia que se desvanece en cuanto intenta agarrarse. Mima intenta despertar de su propia consciencia y de las ilusiones a las que quizá se esté induciendo, que quizá otro la esté causando, y con ella se aprende el auténtico significado de la percepción. Perfect Blue es una película que se interroga lo que hace “ser” a una persona, aquello que nos compone y define, y lo mezcla con su neblinosa concepción de un mundo que parece estar cambiando constantemente de canal como en los programas que Mima protagoniza, causando una sensación de confusión que invita a desvelar el misterio último: ¿qué es real?




Si bien otras películas como Matrix evocaban este concepto efectuando una clara distinción entre lo que es y no es, lo real y lo ficticio, Perfect Blue es tan cierta como falsa en todo momento, un gato de Schrödinger cuya caja nunca se puede abrir, porque como en el cine de Lynch, la respuesta la dará la película, pero el significado pertenece al espectador. Si bien los motivos que empujan a la paranoia, no la mecha que inicia la explosión sino la ficha que inicia el derrumbamiento, pueden ser un poco rebatibles, y la estructura de la película puede adivinarse y causar un cierto tedio, la constante dicotomía entre la realidad y la imaginación y la lucha contra una esquizofrenia que la propia Mima puede estar causándose, sumados a un brillante dibujo que muestra la capacidad onírica del anime a un nivel tan sutil como magistral, mezclando la realidad costumbrista con la mística del thriller y lo onírico, son más que suficientes como para mantener al espectador interesado en esta historia tan única y fascinante.

Ficha Técnica


Año: 1998

Autor: Satoshi Kon

Estudio: Madhouse

Género: Thriller psicológico

Categoría: Seinen

Duración: 80 minutos