En el artículo de cultura japonesa de la revista Koukyou Zen nº9 comenzamos nuestra serie de artículos correspondientes a la historia de Japón con el Paleolítico. Y así, siguiendo el orden cronológico, para este mes nos toca el Neolítico, más específicamente nos toca hablar de los períodos Jōmon y Yayoi, primeras etapas de formación de la futura política japonesa. Y vamos a hablar precisamente de estos dos períodos como época neolítica, puesto que es a finales del período Yayoi cuando aparecen los primeros caciques y las primeras ciudades fortificadas u oppida.



El período Jōmon (11.000 a.C. – 500 a.C.)

Este período se extiende desde, aproximadamente, el 11.000 a.C. hasta el 500 a.C. y adopta el nombre a causa de la cerámica característica de la época, en donde encontramos la decoración mediante la impresión de huellas de cordeles. Estas fechas que hemos dado, se llevan discutiendo desde hace bastante tiempo por parte de los historiadores y los arqueólogos, ya que originalmente se creía que la fecha no iba más allá del 4000 a.C., luego se modificó hacia el 8000 a.C. hasta alcanzar la edad que presentamos. De todas formas, se trata de una época muy antigua y que estaría relacionada con el neolítico de otras zonas del planeta, a pesar de que el desarrollo fuera diferente (no podemos compararlo con el Creciente Fértil o con Egipto, por ejemplo), seguramente debido a su estado de isla, aunque eso no le impidió recibir fuertes influencias chinas en épocas posteriores.

Así pues, según las evidencias arqueológicas, los habitantes del período Jōmon fueron los primeros creadores de la cerámica, aunque estas fechas están en discusión como ya hemos indicado anteriormente.

Se trataría de una población semi-sedentaria, en donde vemos indicios de una agricultura incipiente, además del hecho de que la cerámica casi siempre es indicador de algún tipo de sedentarismo. De todas formas también se encuentran pruebas de que se trataba de una sociedad cazadora-recolectora. Así pues, vemos que se trata un estado mixto en el cual, desde el período más antiguo evoluciona hasta una sociedad neolítica agricultora.

También se han encontrado evidencias de fondos de cabañas, por lo cual veríamos que no vivían en cuevas, al menos en períodos recientes de la época Jōmon. Así pues, vemos que los períodos en los que se ha dividido históricamente la época Jōmon son los siguientes:

Jōmon incipiente (11.000 - 7.500 a. C.): se caracteriza sobre todo por el alto nivel del mar y por el desarrollo de las cabañas excavadas en el suelo, que se identifican por un agujero en el suelo y la construcción sobre ella del resto de la cabaña.

Jōmon inicial (7.500 - 4.000 a. C.)

Jōmon temprano (4.000 - 3.000 a. C.)

Jōmon medio (3.000 - 2.000 a. C.): el período medio se caracteriza sobre todo por el aumento de población, como indican el gran número de asentamientos que la arqueología ha ido encontrando a lo largo de todo el archipiélago japonés.

Jōmon tardío (2.000 - 1.000 a. C.)

Jōmon final (1.000 - 500 a. C.) : parece ser que llegan influencias desde el oeste, la zona más cercana al continente, en donde se comienzan a apreciar los primeros cultivos de arroz y la metalurgia, entrando así en la época Yayoi y a su vez, en el Calcolítico o primera edad de los metales.

Período Yayoi (250 a.C. – 250 d.C.)

A continuación del extenso período Jōmon nos encontramos como la cultura se convierte en una totalmente neolítica, en la que los cultivos de arroz parecen tener la voz cantante, y en donde aparecen los primeros trabajos en metal. Estamos hablando del período Yayoi, que comprende desde el 250 a.C. al 250 d.C. aproximadamente, ya que otros historiadores sitúan esta época entre el 300 a.C. y el 300 d.C. De todas formas, las características básicas del período son claras a pesar de un desajuste de 50 años arriba o abajo: encontramos los llamados bronces campaniformes, la cerámica Yayoi característica de la época y la importancia de dos centros poblacionales: Kyushu, al norte y Yamata, en la zona del actual Kyoto y Nara.

Las evidencias arqueológicas datan los primeros movimientos de la cultura Yayoi en la zona de Kyūshū, mezclándose luego con los pobladores Jōmon de la isla de Honshū. Introdujeron la cerámica a torno, a diferencia de la cerámica a mano del período anterior, junto con trabajos en metalurgia tales como campanas ceremoniales, espejos y sobre todo, armas. Además, aparece también un uso del hierro para herramientas del campo hacia el siglo I a.C.

Además de aparecer ya como una sociedad sedentaria, podemos ver cómo se va convirtiendo en cada vez más compleja políticamente. Observamos a su vez el comercio de objetos de prestigio, que además reforzaría la teoría de la formación de una élite política, como podrá observarse en el siguiente período con mayor importancia.

Es en esta época cuando podríamos decir que Japón entra en la protohistoria, al ser citado en las fuentes chinas de la época como el reino de Wa, además de nombrar la ciudad de Yamataikoku y a la reina Himiko, una suerte de líder espiritual del reino de Wa (Japón).

Dejamos aquí el artículo preparado, para empezar próximamente con la era Yamato y la aparición de la dinastía imperial, de la que se dice que desciende directamente de la diosa Amaterasu.