El que tiene padrino, se bautiza. Y en tiempos de crisis, más; son flagrantes los casos de autores que quieren abrirse paso y no solo no lo consiguen, sino que les toman el pelo (y en muchos casos el dinero que NO tienen)

Ya no se trata ni de amiguismo, ni de lameculos, ni siquiera de ese ápice de suerte. Se trata de huir pies para qué os quiero a la que atisbéis semejante comportamiento...

La ilusión con la que uno empieza un proyecto, suele obnubilar la cruda realidad: nos están timando a base de bien.

Puede ser mediante concursos, el llamado concurso gancho por ejemplo, de relatos y/o ilustraciones.

Presentas tu obra para dicho certamen y debes comprar el libro en caso de no resultar ganador y de paso publicitar tus sueños. Teniendo en cuenta la cantidad de gente que participa en estos eventos... Pasta gansa para el editor que se asegura unos cantas ventas por la patilla.

Muchas veces es el autor el que peca de pardillo, pues viene en el contrato la tiranía del mismo; no hace mucho unos cuantos dibujantes se han encontrado sus dibujos incluidos en un libro sin saber nada. Al empezar las averiguaciones para denunciar, resulta que esta editorial pagó un precio irrisorio al estudio donde estaban la mayoría de los autores, los cuales le habían cedido sus derechos... A ver como termina.

Cuando una editorial acepta de buenas a primeras una obra en poco tiempo, o es de tu padre o familiar o hay gato encerrado.


Toda obra requiere un tiempo de revisión y un estudio para ver si es viable su publicación, así que si tardan menos de una semana en aprobarlas a ver dónde está el truco.

Recientemente han aparecido varias denuncias sobre autores que se les promete una primera tirada de 100 ejemplares que el autor presenta con la intención de venderse de una tacada. El negociete es que esos ejemplares los paga el propio autor de su bolsillo y tiene un plazo mínimo para venderlos si quiere que la editorial lo distribuya y por ende lo publicite.

Pero llegado el momento, resulta que su obra no llega como Dios manda a las librerías y a la hora de cobrar su 10% de las ventas, se han vendido nada y menos... Cuando a ellos les consta que la librería de debajo de casa, por ejemplo, han vendido alguno más de los que la editoriel dice. Evidentemente, lo que hace falta es un informe de ventas pormenorizado que les llega como un pdf en donde pone: tantos vendidos, tanto de iva, tu pago a percibir. Muy profesional, vamos.

Nuestro sueño de nadar en la abundancia (o solo de nadar, para qué negarlo), se ve mermado por semejantes praxis.

Leeros BIEN el contrato, nadie da céntimos a euro y llegar cuesta. Y ahora quizás más, pues al no haber dinero no se van a arriesgar por algo que no saben si va a funcionar.

Las ideas claras y la mierda espesa, que de los sueños no se come pero son el motor del mundo y hay mucho aprovechado y si tenéis dudas, preguntad a algún asesor e internet es un mar de denuncias a estas prácticas. San Google os puede salvar de la quema, así que no lo dudéis y sed buenos sin dejar nunca de soñar... Pero no a cualquier precio. 

Fuentes: