Un tema tan atractivo como escalofriante, pues da que pensar sobre nuestros gustos.
BLOODY NIGHT
A
pesar de no ser el prototipo de mujer físicamente guapa que se busca en
la empresa, Kaya es elegida como secretaria por su eficacia; cada día
ve como las mujeres más hermosas pasan por el despacho de su jefe, el
director Kyhouei Touma y un día por error, se queda encerrada en el
edificio. Aquel día descubre que el director es un vampiro que usa a las
mujeres como comida, aunque este descubrimiento no hará que deje su
trabajo...
Tomu
Ohmi empezó a serializar Midnight secretary en el magazine Petit Comic
en 2006 y lo terminó en el 2009; a pesar de haber tratado ya el tema de
las relaciones humana-vampiro en su debut Kindan no Koi wo Shiyou donde
utiliza conceptos distintos a los habituales: los vampiros solo pueden
procrear con humanos y su descendencia será o un vampiro muy poderoso o
un humano normal. También los representa de clase social alta y muy
influyentes en la sociedad.
Un tipo de dibujo
vistoso, con los típicos rasgos shôjos, con figuras estilizadas y
delicados rasgos faciales, enormes ojos en el caso de ellas y más
profundos y rasgados en el de ellos. Como ocurre con Mayu Shinjô, la
autora de Virgin Crisis o Kaikan Phrase, el diseño de la protagonista
está colmado de detalles no faltando la cara aniñada y la expresión de
inocencia que contrasta con el dibujo de él, alto, fuerte y de anchas
espaldas, todo un seductor, vamos.
La vestimenta es
adecuada a la situación ya que Kaya es una chica recatada y va vestida
remilgadamente para no resultar para nada atractiva, disimular su
aspecto aniñado y que la tomen en serio, ya que considera que no tiene
ningún encanto físico; como colofón un moño que la deslucirá un poco más
si es posible. De todas formas a lo largo del relato, va apareciendo
más a menudo desnuda, debido a las veces que pasa por el despacho de
Touma, donde realizan el acto sexual.
Todos los
detalles se los llevan los protagonistas pues los secundarios son de
línea más sencilla y casi sin distinción entre unos y otros (salvo por
el pelo o alguna pincelada en sus trajes). Si bien es cierto que los
fondos son prácticamente inexistentes, en las pocas viñetas donde
aparecen son elaborados y con todo lujo de detalles, una calle poco
iluminada con una buena perspectiva, sus ventanas y carteles y las
piedras que forman el edificio o una capilla donde podéis contar hasta
los ladrillos. A pesar de que un punto a su favor es la expresividad de
sus personajes, en contra tiene la poca movilidad que denotan, con poses
muy hieráticas y ausencia de elasticidad en los cuerpos de los
protagonistas.
Grandes viñetas, carencia de fondos y
un diseño afeminado para todos los personajes en un josei donde como
siempre, lo importante es la historia que nos quiere transmitir la
autora, cayendo en una de las fantasías eróticas de muchas mujeres: la
seducción a manos de un chupasangre y la parte en la que la violencia se
torna placer.
El
tan socorrido tema de mujer fea que termina llevándose de calle al
vampiro más seductor es el principal atractivo de este manga. A pesar de
caer una y otra vez en los tópicos de la sangre, lo que se debilitan en
una iglesia o trabajar de noche, le añade nuevos conceptos como el
poder tener niños o que la sangre se envenene por algún hecho que no
desvelaré. Por parte de la secretaria, lleva su trabajo hasta el límite,
se desvive por él y no duda en alimentar a su jefe cuando lo ve en
peligro, lo que ocasiona toda la trama al descubrir Touma que su sangre
es la más sabrosa que ha probado y se vuelve adicto a ella.
Como
ya ocurría en otros relatos, como en el anime Black Blood Brothers, las
mujeres sienten un placer cercano al orgasmo cuando son mordidas por
los vampiros, lo que hace que no solo no los rechazen, si no que los
deseen. El hecho de que se las lleve a la cama antes de morderlas, pues
la sangre les resulta más sabrosa tras la excitación humana, nos lleva a
pensar que o bien la autora plasma todos los tópicos que hablan de lo
que imaginamos las mujeres o se deja influir por los rumores que dicen
que si te apretan un poco el cuello en el momento del clímax (no para
ahogarte pero sí para que te cueste un poco respirar) el placer será más
intenso.
Es increíble lo poderoso que puede ser un
relato con tintes eróticos de procedencia vampírica; es una historia que
te atrapa y deseas conocer la siguiente parte, identificándote con la
chica más desvalida.
Ya se han hecho muchos debates
sobre las fantasías sexuales de las féminas y la que obtiene más votos
es la dominación por parte del hombre con puntos de violencia. No
obstante es pura imaginación y no se suele llevar a cabo, aunque no por
ello dejemos de fantasear con ello sobre lo atractivo que resulta que la
mojigata de turno se deje seducir por el más lascivo de los
contrincantes.
El hecho de que Kaya se tome muy en
serio su trabajo, viene de la adolescencia, donde la trataban como una
niña a pesar de tener unos años; de ahí que use moño y gafas para
aparentar más años. Al ser su trabajo más importante, si tiene que
alimentar al jefe lo hace sin concesiones, pero irá creando un vínculo
afectivo y será incapaz de diferenciar trabajo y sentimientos.
Tiene
su parte de cenicienta y su lado de la bella y la bestia, ya que el
hecho de que los vampiros sean casi siempre diseñados como prototipo de
belleza, hace frente a las protagonistas que son su antagónico:
apocadas, inseguras y normalmente con poco encanto personal, lo que hace
que nos identifiquemos rápidamente con ellas (la mayoría de veces, eso
no quiere decir que seamos todas feas, si no que nuestro ideal va por
otros derroteros). A pesar de que el dibujo no es el punto fuerte y la
historia no aporta novedades gloriosas, engancha desde un principio y
los hechos bastante predecibles, están bien enfocados.
En resumen: un manga que se vuelve adictivo conforme lo vas leyendo.
Lo mejor: la historia y las escenas de alto voltaje.
Lo peor: los tópicos y los hechos predecibles.
Título original: Ringo no Bara
Autor: Tomu Ohmi
Género: Romance,vampiros
Categoría: Josei
Editorial: Ivrea
Año: 2009
Nº tomos: 7
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