Mi bien conocida por todos mazmorra, estĆ” hoy llena de quejidos, ayes y lamentos. Mi tiĆ­to Creepy, Freddy, ZombiD y yo misma, estamos sentados en corro, con los pies en barreƱos de agua tibia con sal, fĆ­sicamente baldados y hasta las narices. Y esto no es lo peor: maƱana, estaremos rotos de agujetas. Llevamos pantalones cortos y camisetas de rayas con el nombre de nuestro equipo: Tenebrosos F. C. 

     -Vaya partido a mala leche... ¡ay! - se queja ZombiD, cortando con los dientes un trozo de hilo quirĆŗrgico para coserse bien la pantorrilla a la rodilla. Freddy se masajea la cara y escupe un diente. Las garras de su guante estĆ”n retorcidas y melladas. El tiĆ­to Creepy se recoloca lentamente los huesos en sus sitios, cada movimiento acompaƱado de un "CRAC" y un gemido de dolor. Yo tengo todo el lado izquierdo de la cara morado como una breva, no veo nada por el ojo izquierdo y me duelen sitios del cuerpo que ni sabĆ­a que existĆ­an. 

     -Ocho-cero... quĆ© paliza, ¡en todos los sentidos! - musito, con la bolsa de hielo pegada a la cara. 

    -Os dije que no era buena idea. - El tiĆ­to Creepy toma aire y se da la vuelta completa a la cabeza, su cuello suena como una traca y Ć©l se queja, pero despuĆ©s suspira de alivio. - Que teniendo en el equipo a Jason, Humungus y Mahogani, eso no se ganaba ni de cachondeo...

    -Bueno, pensemos en algo agradable. - dice Freddy, intentando recolocarse las cuchillas. Una de ellas se cae. - EstĆ” llegando la primavera y... ¿vuelven las golondrinas?

    -Pero, ¿las golondrinas europeas, o golondrinas africanas?

    -DejĆ©moslo ahĆ­. - digo, pero sĆ© que Freddy tiene razĆ³n, es preciso pensar en algo bueno y sobreponerse. Ya lo dicen "aunque todo vaya mal, nunca pierdas la moral y mira el lado bueno de vivir...". De eso precisamente, sabe mucho nuestro protagonista del parĆ©ntesis de Semana Santa: La vida de Brian.





    Estamos en el aƱo 0, en la primera Navidad de la Historia, y un niƱo acaba de nacer, y al humilde pesebre en que ha venido al mundo, llegan los Reyes Magos a adorarle y llevarle oro, incienso y mirra. Y casi enseguida se lo llevan al pesebre de al lado, porque resulta que se han equivocado. El niƱo en cuestiĆ³n no se llama JesĆŗs, sino Brian, y ha ido a nacer el mismo dĆ­a que el Redentor. Y partiendo de esta base tan simple, se apoya la comedia mĆ”s irreverente y divertida de los Monty Python (con permiso de Los caballeros de la mesa cuadrada y El sentido de la vida). 

     Brian (Graham Chapman) crece y se convierte en un joven preocupado por su pueblo, sometido al invasor romano, lo que le lleva a afiliarse en el Frente Popular de Judea, movimiento liderado por el cĆ­nico Reg (John Cleese) que no deja de preguntarse quĆ© beneficios han traĆ­do los romanos a su sociedad, y que necesitan hacer veinticinco votaciones antes de decidir con quĆ© pie van a levantarse de la cama. Y la verdad que argumento, lo que se dice argumento, a decir verdad no tiene mucho mĆ”s. Pero comicidad, surrealismo, humor inglĆ©s y juegos de palabras, tiene a patadas y para parar un tren.

    Estrenada en 1979, La vida de Brian era ya el tercer largometraje que el grupo cĆ³mico llevaba a los cines, pero realmente estuvo en un tris de no llegar a existir; ya con el guiĆ³n realizado, la productora EMI se negĆ³ a dar el dinero para la misma por considerarla "obscena y sacrĆ­lega", y fue un amigo de los Monty Python, el ex-Beatle George Harrison quien se ofreciĆ³ a producirla, aunque para ello tuvo que hipotecar su propia casa y su estudio de grabaciĆ³n. Preguntado acerca de Ć©sto, Harrison simplemente contestĆ³: "Me apetecĆ­a ver una pelĆ­cula asĆ­". Y como contestĆ³ Eric Idle, el mĆŗsico oficial del grupo cĆ³mico "Fue la entrada de cine mĆ”s cara de la Historia", si bien, gracias a los buenos resultados que la cinta obtuvo en taquilla, lo recuperĆ³ todo con creces. Como vemos, eso de la "correcciĆ³n polĆ­tica", ya existĆ­a aƱos atrĆ”s... lo que a lo mejor no existĆ­a, era la manĆ­a de achantarse y retractarse por todo.

   La pelĆ­cula fue estrenada en un clima de polĆ©mica y con una recomendaciĆ³n por edades que la
prohibĆ­a para menores de 14 aƱos, y los menores de 17 debĆ­an ir acompaƱados por sus padres o tutores. En Irlanda y Noruega directamente no se estrenĆ³, y en Suecia la campaƱa comercial consistiĆ³ en decir "Es tan divertida que la han prohibido en Noruega". En EspaƱa llegĆ³ a estrenarse en escasos cines y, a pesar de que existĆ­a la versiĆ³n doblada, su estreno fue mayoritariamente en versiĆ³n original subtitulada, porque aquĆ­, supuestamente, ya no habĆ­a quien podĆ­a impedirnos ver este tipo de pelĆ­culas, pero la clave estĆ” en la palabra "supuestamente". A pesar de que la cinta cuenta la vida de un joven llamado Brian que no tiene nada que ver con Jesucristo, la acusaciĆ³n de blasfemia siempre estuvo (y estĆ”) bordeando la obra, y aquĆ­ la blasfemia siguiĆ³ siendo penable con privaciĆ³n de libertad hasta el aƱo 1988. Y hoy dĆ­a, tampoco es que exista tanta libertad como serĆ­a deseable, ¿verdad, sr. KrahĆ©? 

    No pocos miembros de la Iglesia clamaron contra la pelĆ­cula (¡la mayorĆ­a sin haberla visto!) y algunos incluso solicitaron explicaciones en espacios televisivos a los miembros del grupo, cosa que, con su habitual sentido del humor, los Monty Python (concretamente John Cleese y Michael Palin) concedieron encantados. En un debate en particular, contra un periodista catĆ³lico y un obispo, quedĆ³ patente que los cĆ³micos podĆ­an ponerse serios y argumentar perfectamente si la situaciĆ³n lo requerĆ­a, mientras sus adversarios recurrĆ­an a la crĆ­tica destructiva y sarcĆ”stica. En el transcurso del citado debate el obispo descubriĆ³ que habĆ­a llegado tarde a la proyecciĆ³n, y al perderse el inicio de la pelĆ­cula, no sabĆ­a que Brian NO era Jesucristo, y de ahĆ­ provenĆ­a toda su indignaciĆ³n, de una confusiĆ³n. El periodista quedĆ³ cogido en su propia trampa cuando admitiĆ³ que "era una pelĆ­cula tan barata que no podĆ­a hacer tambalearse ninguna fe genuĆ­na".

  
  El clima de polĆ©mica que rodeĆ³ a la pelĆ­cula (con monjas llevando pancartas a la entrada de los cines pidiendo a los espectadores que no entrasen a verla, o activistas catĆ³licos insultando a las familias que llevaban a sus hijos adolescentes a ella), no hizo sino cicatear el interĆ©s del pĆŗblico y se convirtiĆ³ en la mejor campaƱa publicitaria que los Monty Python pudieron soƱar. La vida de Brian fue la cuarta pelĆ­cula mĆ”s taquillera en Reino Unido en 1979 y la nĆŗmero uno en los Estados Unidos. Y todo eso, a pesar de que el grupo cĆ³mico siempre dijo que su intenciĆ³n, era hacer una pelĆ­cula cĆ³mica con sĆ”tira polĆ­tico-social, pero no religiosa. Ellos no pretendĆ­an hacer una pelĆ­cula sobre la figura de Cristo, porque, en sus propias palabras "Ese tipo no es nada divertido".

   La vida de Brian es una cinta cĆ³mica que basa su humor en el surrealismo y los juegos de palabras.
Famosa es la escena en la que el prefecto romano dice a sus soldados el nombre de uno de sus colegas, llamado Pijus MagnĆ­ficus, casado con una mujer llamada Incontinencia Suma, mientras los pobres soldados intentan aguantarse la risa como pueden, o como no pueden. El surrealismo se convierte directamente en arte en la escena de la lapidaciĆ³n: un hombre ya de edad avanzada va a ser lapidado por haber mencionado el nombre de Dios "JehovĆ”", y Brian y su madre compran piedras para lanzĆ”rselas ("dos con punta, una plana y una bolsa de gravilla para el niƱo") y una barba para ella, porque las mujeres no pueden asistir a las lapidaciones... Y finalmente, la famosĆ­sima escena de la crucifixiĆ³n que ya se ha convertido en un clĆ”sico del cine, en la que Michael Palin va recibiendo a los condenados cual agente de viajes organizados: "¿CrucifixiĆ³n? Muy bien, pase por esa puerta y alinĆ©ese a la derecha, una cruz por persona, gracias... ¿CrucifixiĆ³n?". No es una cinta de humor al uso y los personajes pueden estar hablando y dĆ”ndole vueltas a una palabra minutos y minutos. Si te gusta el humor lingĆ¼Ć­stico, te va a encantar, pero si no, se te puede hacer algo pesada. 

La vida de Brian es una de esas cintas que uno DEBE ver. Aunque sĆ³lo sea por cultura general, dado que su misma producciĆ³n, la simple idea en que se basa todo su argumento y que finalmente llegase a ver la luz, son hitos histĆ³ricos, y no sĆ³lo en el mundo del cine, sino en la Historia con mayĆŗscula. Es una pelĆ­cula asombrosamente divertida y llena de momentos irrepetibles cuya comicidad es inmortal; da igual las veces que las veas, siempre te harĆ” reĆ­r. Ahora... es humor inglĆ©s y humor Monty Python: si no te gusta el grupo cĆ³mico, sigo insistiendo en que es aconsejable que la veas, pero ya te anticipo que no te enamorarĆ”s de ella. Cinefiliabilidad 5, lo que significa que es fĆ”cil de ver, salvo si no te gusta este estilo de humor... o si eres catĆ³lico de ofensa fĆ”cil, que todo puede ser. En cuyo caso, creo que te gustarĆ” mĆ”s La hija de Juan SimĆ³n (no la busquĆ©is, creedme).

Y esto, tengo que ponerlo:




"¿Eres tĆŗ un dios?" Si no coges Ć©sta frase, tienes que ver mĆ”s cine.