Cuando a una le gustan los misterios con base más o menos histórica del tipo El Ocho de Katherine Neville, El Último Catón de Matilde Asensi y porqué no, El Código Da Vinci de Dan Brown, no puede más que congratularse de que un cómic beba de esas fuentes. Y encima basado en un artista patrio del que respiro en cuanto salgo a la calle.

Ya me tienen ganada.

Antonia finaliza su jornada de cajera en un supermercado; aquella noche, como siempre, el móvil la devuelve a su rutina familiar ero algo llama su atención: un anciano cruza el semáforo en rojo y no, no va a darle tiempo a cruzar. Se abalanza sobre él salvando su vida.
El anciano le pregunta su nombre, le da las gracias y le dice que siente meterla en lo que se avecina.
A partir de aquí, Antonia se encuentra en el hospital, nadie vio al anciano y una serie de sucesos en las obras de Gaudí parecen tenerla como nexo común.


Ricardo Esteban, editor de Dibbuks, encargó un proyecto sobre la persona de Antonio Gaudí. No biográfico pero sí en el que se pudiera apreciar el arte de este catalán universal. El Torres fue el encargado de darle forma, documentándose y logrando atrapar el espíritu religioso de quien ha postrado a sus pies a todo el que tiene el privilegio de admirar cualquiera de sus obras. Uno de los guionistas más prolíficos de nuestro panorama actual, cuyas tramas giran alrededor del misterio y el terror (Nancy In Hell, Las brujas de Westwood) fusiona la realidad de Gaudí, la magnificencia de su obra, con una trama detectivesca.

A los pinceles Jesús Alonso Iglesias (Silhouette, Reyes Elfos: Historias de Faerie III) es el dibujante ideal para esta historia: unos juegos de luces y sombras aplastantes, un dibujo de trazo muy ágil que confiere una personalidad brutal a los protagonistas. Pese a proceder del campo de la animación, ha sabido adaptar a la perfección sus trazos a la narrativa ofreciendo un espectáculo visual impresionante.

Que Gaudí quiso imprimir carácter religioso a todas sus creaciones, es algo que no parecía claro hasta ahora. El análisis de su obra por parte del entendido, el señor Montull, personaje que en principio se antoja secundario, deja claro que nuestro artista lo enfocaba todo hacia el Altísimo. No sé si por su admiración de los diferentes estilos arquitectónicos, desde el mudéjar hasta el modernismo, pero el famoso “trencadís” parece ser el crear uno solo a partir de partes de todo: lo mismo que la religión, Uno solo, cuya esencia somos todos.

Al margen de la religión, me gustaría destacar el sarcasmo tan peculiar de El Torres y que bien analizado no es tal: refleja a la perfección nuestra sociedad actual, esos curiosos que van a ver obras como la Sagrada Familia y lo único que les preocupa es sacarse un selfie o si hay WiFi gratis y no ven más allá de esas piedrecitas de colores pegadas de forma curiosa;
el personaje de Antonia, tan normal y mundano es nuestra conexión con lo cotidiano, quien tiene los pies en el suelo a pesar de creer ver al fantasma de Gaudí. La secretaria eficiente, el policía que no ve más allá de sus narices, el jardinero (alguien tiene que parecer/ser el culpable a primera vista: o jardinero o mayordomo..).. Agatha Christie creó escuela.
Como citaba al principio, un thriller policíaco donde las pistas llevan a malentendidos y en el que el culpable siempre está cerca…

Vuelvo a recalcar el fabuloso dibujo de Alonso Iglesias, donde el modernismo luce espectacular con su ornamentación preciosista bellamente ilustrada donde no hay ninguna línea al azar ni nada fuera de contexto. Grandilocuencia a raudales, VIÑETAZAS con mayúscula, donde los edificios son un personaje más y una narrativa ágil, cercana pero para nada fácil de igualar. Lástima. Tiene principio y fin, no habrá más… ¿Qué tal Salvador Dalí? ;P

Ficha Técnica:

Autor: El Torres/ Jesús Alonso Iglesias

Género: Thriller, policíaco

Año: 2015

Nº Tomos: 1

Editorial: Dibbuks