La aproximación a un relato histórico de guerra es una tarea complicada. El papel es siempre resistente al peso de cualquier ficción, pero no así la audiencia cuando se la enfrenta al dolor de eventos suficientemente recientes para que aún quede con vida quien los recuerde. A 72 años del peor bombardeo de la historia, las heridas de Hiroshima siguen tan abiertas como destrozada permanece la Cúpula Atómica, en su constante recordatorio al mundo de algo que jamás deberá repetirse.

Al hablar de una película animada sobre el bombardeo de Hiroshima, es imposible no pensar inmediatamente en La tumba de las luciérnagas o Gen de pies descalzos. Sin embargo, mientras estos dos títulos se centran en el horror inmediato de la bomba, En este rincón del mundo da un salto hacia atrás para centrar su visión en un panorama más amplio en el tiempo y espacio. Un retrato que empieza en una próspera prefectura de Hiroshima que, gradualmente, se va degradando conforme avanza el conflicto hasta llegar al trágico desenlace conocido por todos.




El largometraje es una adaptación del manga homónimo de Fumiyo Kono, mangaka originaria de Hiroshima quien ya había explorado este tema en su premiado La ciudad al atardecer. El país de los cerezos, las dificultades de la posguerra y las secuelas sufridas por los supervivientes en dos historias cortas llenas de melancolía, pero también humor y optimismo. En esta ocasión, su relato acerca de la guerra es vertebrado por la vida de Suzu, una joven alegre y despreocupada con tendencia al escapismo de la mano de su talento para el dibujo. Tras un matrimonio arreglado, se traslada al hogar de la familia de su marido en Kure, a una hora en tren de Hiroshima y uno de los más importantes puertos militares del país. Aunque el hilo argumental se centra en la vida familiar de la protagonista, las circunstancias que le rodean muestran claramente el deterioro de la sociedad a medida que crece el racionamiento de los alimentos, aumenta el contrabando de bienes, el control de las autoridades es más represivo, los ataques aéreos se vuelven cotidianos y aguantar un día más ya es un logro. Esta historia es también la lucha diaria de Suzu contra viento y marea para preservar su rico mundo interior a través de sus dibujos, en los que recrea postales urbanas o paisajes rurales de su entorno, pequeños mundos estáticos e inmaculados.

El frágil equilibrio de Kono entre la esperanza y el desconcierto está muy bien trasladado por el director Sunao Katabuchi a la hora de adaptar la atmósfera del manga al terreno animado. El estilo particular de la autora le permite relatar eventos de una increíble dureza con una naturalidad que en ocasiones puede llegar a ser incluso cándida, desnuda, sin valoraciones. Los lazos comunitarios ayudan a los supervivientes a seguir adelante, sin más heroísmo que el de seguir en pie. Los personajes son humanos que aunque siguen su instinto de superación, en ocasiones también sucumben a la frustración y la rabia. Caen, pero vuelven a levantarse. A pesar de todo, prevalece por encima de todas las cosas una visión optimista y llena de esperanza respecto a la naturaleza humana y la sociedad que le rodea.

Ficha Técnica


Nombre Original: Kono Sekai no Katasumi ni

Director: Sunao Katabuchi

Estudio: MAPPA

Año: 2016

Género: Drama, Histórico

Categoría: Josei/Seinen